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Relaciones con el Estado, espacio público y
                                  sentidos sobre ser sordos en cuatro grupos



          afortunadas. En términos espaciales y temporales se refiere al mundo actual y sus
          condiciones, cuyo fin no está precisamente declarado, pero se cree que es seguro.


                 En contenido, involucra la preeminencia de lo material, la atracción por las
          «cosas», la inmundicia; aquello que no es esencial, lo superfluo o banal de la vida,
          al igual que lo inmoral. También alude a la gobernanza humana de la tierra y, por lo
          tanto, al sufrimiento que se vive derivado del poder que unas personas y naciones
          ejercen sobre otras. En esta tesitura, guerras, enfermedades y pandemias, conflictos
          políticos, corrupción, desastres naturales, hambrunas, consumismo y adicciones, lo
          mismo que la adulación de uno mismo o de otros sujetos, objetos materiales o entes
          no físicos, forman parte de una larga lista de tribulaciones que revelan al sistema
          de cosas asediando al mundo. 185  Si existe un dios (con minúscula) del sistema de
          cosas, sería el Maligno, el inicuo: Satanás.


                 El término es sugerente porque un sistema remite al conjunto de elementos
          y procesos vinculados entre sí y que al estarlo permiten su funcionamiento. Dentro
          de esta acepción, «cosas» refieren a los objetos o fenómenos de un mundo material,
          insustancial, fútil y degradado. Se trata, pues, de un conjunto de tribulaciones in-
          terrelacionadas y coordinadas para el funcionamiento «ordenado» o armónico del
          infortunio humano.  Como marco de comprensión del mundo y posición en este,
          el sistema de cosas involucra al Estado y a las personas sordas. En la carta que fue
          leída, se recomendó seguir las instrucciones de las autoridades civiles. Derivado de
          una relación ambigua, los Testigos de Jehová acatan varias ordenanzas provenientes
          de las instituciones del Estado, pero no todas y tampoco creen que dicha entidad so-
          cial y política pueda remediar los males de la humanidad. 186  Los Testigos de Jehová
          pagan impuestos. También consideran importante el casarse por el registro civil. No
          ven mal recibir apoyos económicos del gobierno, como han accedido la mayoría de
          los sordos de la congregación de Milpa Alta.


                 Si bien no consideran negativo trabajar en el gobierno, esta licencia tiene
          límites: uno puede ser pintor u oficinista de determinado gobierno (como sucedía
          con dos sordos de la congregación) pero no lanzarse como candidato que aspira a un


          185   De hecho, me parecía que el sistema de cosas describe muchos de los efectos de otro sistema que me era más familiar:
              el capitalista. Sin embargo, para los Testigos de Jehová el capitalismo, el comunismo o cualquier otro sistema político y
              económico, también constituyen procesos que denotan al sistema de cosas.
          186   Si se concibe cantar el himno nacional y hacer el juramento a la bandera como preceptos de una suerte de credo impuesto
              por el Estado, los Testigos de Jehová se rehúsan a realizarlo, lo mismo que a recibir donaciones de sangre; actividad relacio-
              nada con la función del Estado (y las entidades privadas autorizadas) de preservar la vida.


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