Page 458 - Más allá de la razón oyente digital digital
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Gabriel Tolentino Tapia
subjetividad y de legitimidad. «Estar a la mitad» o «a medio camino» son alusiones
recurrentes para describir a las personas hipoacúsicas: no son exactamente oyen-
tes, pero tampoco sordas profundas. Su posición tiende a revestirse de ambivalencia
sensorial, comunicativa y social.
En el capítulo pasado apunté que Raúl y yo nos conocimos en una peregri-
nación a la Basílica de Guadalupe organizada por el Templo de San Hipólito y que
en esa ocasión platicamos en lengua de señas. Para mi sorpresa, durante nuestra
entrevista formal no fue necesario el apoyo de la intérprete de señas a quien le pedí
me acompañara, dado que optó por leer los labios y oralizar, además de usar aparato
auditivo. Pese a estas circunstancias, en más de una ocasión tuve complicaciones
para darme a entender, lo que significaba para él no comprender algunos mensajes
con toda claridad. En la dirección inversa, la escucha de la entrevista grabada se
complicó porque su español era entrecortado.
Raúl declaró una vida social poco activa, al menos en ese momento de su
biografía. Por un lado, poseía pocas amistades oyentes y, por el otro, tiempo atrás
había decidido alejarse de la comunidad, preservando amistades sordas muy es-
pecíficas. Su distanciamiento se debió a los malos tratos (de orientación racista y
clasista) que comenta haber recibido. Si bien su inclinación por la oralización y su
distanciamiento con respecto de la comunidad sorda parecen ser decisiones no vin-
culadas, cuando se miran de conjunto ofrecen una imagen de ambivalencia donde la
identidad como sordo señante no se fraguó, pero al mismo tiempo la comunicación
y la socialización con oyentes tampoco era asidua.
Los problemas por chismes son revelados por otros sordos señantes, sin em-
bargo, la diferencia es que ellos se habrían alejado únicamente del grupo «proble-
mático» (ver capítulo anterior), no de la comunidad en general como Raúl decidió.
Sin restar importancia al modo en el que se sintió derivado de los tratos recibidos
por algunos sordos, mi premisa es que su condición de hipoacúsico le dio otros mo-
tivos y facilidades para alejarse de la comunidad sorda. Correlativamente, la hipoa-
cusia, el aparato auditivo y la oralización lo acercan al mundo oyente y distancian
del sordo, aunque no en su totalidad, pues finalmente nos conocimos en un evento
religioso de sordos.
Campbell (2008) propuso el concepto de «capacitismo interiorizado» con
la finalidad de ofrecer una herramienta para el análisis de fenómenos en los que las
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