Page 93 - Más allá de la razón oyente digital digital
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La trama de la razón oyente en Occidente




          En cada región a donde la cultura occidental trastocó los modos de vida locales, exis-
          ten o existieron otras formas de concebir y de relacionarse con las personas sordas.
          La historia que sigue escribiéndose sobre los sordos es una historia occidental en
          vías de universalización, en la cual historias sordas de otras sociedades y regiones
          del mundo tienden a desdibujarse.

                 Al ser la historia que sí se escribió, es proclive a convertirse en la versión
          única. Dicha historia no sólo incluye la descripción de las formas de dominación
          ejercidas sobre sordos por parte de los oyentes; también involucra el desarrollo de
          las lenguas de señas como parte, en buena medida, del mismo proceso. Es decir, los
          primeros antecedentes registrados acerca de las lenguas de señas están asociados
          a la intencionalidad oyente de crear en los sordos una fe previamente ajena. Luego,
          las lenguas de señas dominantes y desarrolladas ampliamente dentro del ámbito
          religioso se diseminaron por todo el mundo. En mayor o menor medida, desde siglos
          atrás o más recientemente, la cultura occidental, que incluye la producción de deter-
          minadas lenguas de señas, extiende su influencia.

                 Por ejemplo, se sabe de la influencia que la Lengua de Señas Americana (ASL
          por sus siglas en inglés) ha tenido en el continente africano de la época postcolo-
          nial, en gran medida a través de grupos evangelizadores (Madlock, 2016), de modo
          que la lengua de señas oficial en muchos países del continente es la ASL, pero ¿qué
          hubo antes de la ASL?; ¿cómo se mezclaron con las lenguas locales y por qué no se
          convirtieron en lenguas nacionales? Mercadal (2016) considera que los modos oc-
          cidentales de educación se expandieron a otras regiones del mundo, comúnmente
          ignorando las lenguas de señas locales. Asimismo, Cruz (2008) ha señalado que la
          influencia de las lenguas de señas europeas en América sólo corresponde a una par-
          te de la historia; del otro lado, habría que considerar la existencia de señas locales
          aun cuando no estuvieran documentadas.

                 Bajo esta perspectiva asumo, pues, la herencia e influencia del pensamiento
          y las prácticas occidentales, antiguas y modernas, en la configuración de las condi-
          ciones de vida de las personas sordas y de la sociedad en general. Sin embargo, al
          mismo tiempo parto de reconocer que las historias locales y las condiciones de vida
          contemporáneas moldean fehacientemente la realidad. En ese contexto, la tarea de
          la etnografía es dar cuenta de las continuidades y mutaciones históricas, así como
          de emergencias en torno de fenómenos específicos.




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