A partir de la reforma de junio de 2011, a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se estableció que el sistema penitenciario deberá estar organizado con base en el respeto a los derechos humanos.

Las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres dentro y fuera de un centro penitenciario, por lo que al interior, deben gozar de igualdad de oportunidades, que deben ser apropiadas a su condición de mujer