Page 57 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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propia condición jurídica. En los casos ordinarios dicha decisión se reduce al mínimo,
porque es la norma la que rige. Pero en la situación de conflicto excepcional no
puede aplicarse la norma, ya que esta exige un medio homogéneo. De esta manera,
el soberano es quien decide sobre la situación para que el orden y la seguridad
pública sean restablecidos o para establecer otro nuevo: “todo orden descansa en
una decisión, no en una norma” (Schmitt, 1998: 44).
Como se puede deducir, la esencia de la soberanía no estriba en la
coacción, sino en establecer el monopolio de la última decisión, donde la autoridad
de la decisión no necesita de anclarse en el derecho. El problema de la legitimidad
se instala en garantizar un orden que se funda en la violencia explícita y la justifica
con el mismo orden que busca mantener. La soberanía se articula con el estigma
como prejuicio que se conjuga con representaciones sociales sedimentadas y
pertenecientes a quienes atentan contra el orden y la estabilidad de la decisión
misma. De esta manera, la decisión soberana se basa en el estigma para atribuirlo a
individuos estereotipados y juzgados por la discursividad del soberano.
Por otro lado, se apuesta por una soberanía heterónoma que pretende
desmontar los mecanismos mortíferos de las implicaciones tradicionales de la
soberanía, anclada en el estado de excepción, en el que confluyen el modelo jurídico-
institucional y el modelo administrativo (biopolítico) del poder. Estas consideraciones
encuentran resonancia en la figura del sobreviviente como testigo de las hostilidades
y nudo de la restauración en el ámbito comunitario y anamnético, al margen de
la legislación y como práctica de la justicia. Se toma como base las prácticas
cívicas en función de instalar mecanismos de cuidado de la vida, así también de
consolidar la responsabilidad con los ofensores y los sobrevivientes de delitos del
pasado, con quienes también se establecen relaciones de vecindad y forman
parte del ecosistema social. Asimismo, se expone, entre otras cosas, los objetivos
de la soberanía heterónoma desde la función restauradora del daño ejercido por
violencias cometidas en el pasado.
El contexto histórico y social de San Miguel Canoa, presenta una gama
de conflictos heredados de un pasado abierto por la violencia, la precariedad y
el estigma. Si bien, las acciones institucionales aún son incipientes para resolver los
problemas comunitarios y de la sociedad civil, es fundamental considerar las prácticas
de quienes habitan y/o han habitado sus territorios. El linchamiento ha sido una marca
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