Page 61 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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Sin embargo, la violencia no es abstracta, su fuerza estratégica se encuentra
             en la inscripción de cuerpos para la ley y el Estado, no inscribe la ley sobre los cuerpos
             considerados como superficies anteriores y exteriores al Estado-Nación, naturales y,
             por ello, transformables (Martínez, 2019). Más bien, inscribe la ley mediante prácticas
             violentas, forja cuerpos individuales a través de estigmas, marcas, insignias de una
             sujeción instalada por la crueldad. El aniquilamiento de los cuerpos es un medio y no
             un fin en sí mismo:

                                    El cuerpo es el objeto primero y directo de la violencia, aun
                                    cuando, en rigor esta no apunte en última instancia al hombre
                                    como ser meramente natural, sino como ser social y conscien
                                    te. La violencia persigue doblegar la conciencia, obtener su re
                                    conocimiento, y la acción que se ejerce sobre el cuerpo apunta
                                    por ser razón a ella. No interesa la alteración o destrucción
                                    del cuerpo como tal, sino como cuerpo de un ser consciente,
                                    afectado en su conciencia por la acción violenta de la que es
                                    objeto. Así, pues, la violencia que se ejerce sobre su cuerpo no
                                    se detiene en él, sino en su conciencia, su verdadero objeto no
                                    es el hombre como ser natural, físico, como mero ser corpóreo,
                                    sino como ser humano y consciente (Sánchez, 2003: 52)


                     En la violencia ejercida sobre los cuerpos el estigma encuentra una dinámica
             que le favorece y se disemina. El proceso de marcar los cuerpos extraños instala una
             mecánica de comprensión que no solo son moldes sólidos, sino figuras originadas para
             su interpretación y lectura, casi siempre, desde la hostilidad y la agresión. El estigma
             funciona para marcar aquello que considera hostil y que lo convoca a la hostilidad.
             La sociedad instala categorías de normalidad que corresponden a ciertos atributos
             relevantes a “únicamente aquellos que son incongruentes con nuestro estereotipo
             acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos” (Goffman, 2015:
             15). Estas características físicas, representaciones mentales o actitudes morales,
             comportamientos  o  conductas  que  se  encuentran  lejos  de  lo  considerado  como
             normal, se van consolidando como categorías particulares. La estereotipia se encuentra
             reservada “para aquellas personas que caen dentro de categorías sumamente
             amplias y que pueden ser extrañas para nosotros” (Goffman, 2015: 72). De esta manera
             el individuo debe ser capaz de adecuarse a un ideal que la sociedad asigna, no solo
             para realizar sus prácticas y formas de habitar el mundo, sino para interpretar los códigos
             de la realidad y leer los parámetros de las distintas expresiones anormales.


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