Page 146 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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el ejercicio de la justicia, las formas de violencia, además de incrementarse, se
diversifican. En tanto los medios disponibles favorecen el potencial de su expansión,
la violencia encuentra diversas maneras de expresión, incluso permeando entre
aquellos miembros de una comunidad en los que, sin este proceso de expansión y de
naturalización, la violencia no era considerada como una instancia a la cual recurrir
pero que, dada la diversificación en sus formas de representarse, pueden existir como
formas veladas de violencia, es decir, sin plena conciencia de todos aquellos que la
ejercen.
Un ejemplo de lo anterior es, ut supra consideramos, el linchamiento simbólico
en su forma digital. Cuando una publicación induce a la participación de millones
de personas, se considera viral, dado el alcance que produce. Si esta publicación
pone en evidencia una presunta falta cometida por una persona, un grupo o una
entidad de cualquier índole, la participación colectiva se concentra en la denuncia
o el enjuiciamiento público y cuyas formas de expresión van, desde la mera afiliación
a una causa o denuncia, hasta distintas formas de agresión o de amenazas cuyo
incremento también es exponencial. La heterogeneidad de los participantes también
es muy diversa, conglomera distintos tipos de población; de distintas edades; de
distinto nivel educativo, socioeconómico y cultural; de distintas creencias e ideologías
y con múltiples puntos de referencia. Aunque en la mayoría de estos casos el culmen
son las agresiones y amenazas escritas, se evidencia la violencia latente y propicia
un entorno de normalización ante este tipo de fenómenos. El paso de la violencia
potencial a la violencia efectiva se reduce.
No obstante, lo anterior, resulta imperativo aclarar que este análisis de
causalidad sobre la forma en que los miembros de una sociedad pueden asumir
el ejercicio de la justicia y su consecuente acción punitiva, no necesariamente
implicaría el uso de la violencia como forma única de expresión ni mucho menos
avala al linchamiento, y a otros procedimientos semejantes, como medios inevitables.
Igualmente, no estamos diciendo que las condiciones de exclusión social y oprobio
plantan en automático el germen de un inevitable linchamiento futuro o que la
posición de estas personas implique una proclividad innata hacia la violencia; lo que
decimos es que su experiencia de agravio y ofensa tiende a potenciar la recurrencia
a métodos que pueden dirigirse hacia la ejecución de una justicia sui géneris
vinculada con la externalización objetiva de tensiones psicosociales presentes. En
línea concordante con esto, Vilas expresa que “frente a hechos de violencia que
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