Page 75 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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Hilos rotos y difusos, complejos en su manejo, como la integración de recuerdos
e imágenes, deseos, miedos, tiempos. Hilos impregnados de rituales, de ritmos y de
cotidianidad. El tejido con hilos rotos tiene una dimensión espacial y temporal que
remite a la memoria personal, a una mediación compleja entre la intimidad y la
realidad histórica. Tejer con hilos rotos para hacer imposible el olvido. La violencia de
la ruptura se recupera en sus tejidos para reivindicar el lugar que les corresponde en el
mundo, en la historia. Tejer con hilos rotos para hilvanar el porvenir con las palabras de
los sobrevivientes, con los proyectos no realizados de las víctimas. Esto no se adhiere a
una reconciliación estratégica, una forma políticamente correcta e institucionalizada
del olvido. Los hilos rotos exigen justicia y se niega a someterse a las demandas de
prácticas, discursos y dispositivos del olvido y la infamia.
F. LAS TRANSFORMACIONES MENORES. A MODO DE CONCLUSIÓN
Las estrategias de dominación son parte inherente de toda forma de
gobierno. Las expectativas de una revolución o transformación sistémica reproducen
elementos estructurales que intensifican la violencia al refinar sus mecanismos y
dispositivos. La estridencia histórica del linchamiento en San Miguel Canoa no solo
ocurrió en el tiempo de los macro relatos, cuando la esperanza se articulaba en
relatos fidedignos, hasta que develaron su barbarie.
Los hechos ocurridos el 14 de septiembre de 1968, así como los distintos
acontecimientos sociales han sido articulados desde lógicas que reproducen la
violencia. Las vidas truncadas y los proyectos no realizados dan cuenta de ello. El
linchamiento iniciado por estigmas y prejuicios de la razón soberana preocupada
en garantizar la paz, el orden y la propiedad sigue reproduciendo sufrimiento por
otros medios. Los medios institucionales, organizados desde una lógica jurídica, desde
nociones de progreso y reconciliación, mantienen vigente una racionalidad instalada
en la potencia destructiva de la violencia bruta.
Los linchamientos no solo son erupciones de violencia excesiva, sino masacres
perpetradas por una fundamentación comunitaria basada en la autonomía
homogénea, en la aspiración de un desarrollo lineal y constante, organizado por una
producción mortífera. El estigma activo afina el crimen que se instala de lejos y que
requiere un puñado de ejecutores, a veces afanosos o inconsistentes, en medio de
una silenciosa indiferencia de la gran mayoría de la comunidad donde se realiza.
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