Page 71 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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manera profunda una marca que se lleva en los pasos. ¿Dónde se traza la línea
entre el pasado, el presente y el porvenir? ¿En la responsabilidad de un Estado que
administra la violencia? ¿Podrán los linchamientos disolver los testimonios para que
no quede nada para hacer memoria? Más aun, de cara a las expectativas ante la
justicia transicional y restaurativa, que reproduce nociones de soberanía moderna,
¿dicha posición deviene instrumental y consolida un poder estatal que se beneficia
de la violencia por la espera de las personas sobrevivientes y afectadas?
Adobado con la institucionalización de “las multinacionales
de lo humanitario”, algunas veces llamadas organizaciones
no gubernamentales, y el discurso redentor y globalizado de
los derechos humanos (y la multiplicidad de agendas que se le
injertan), las ideas de democracia y de paz se sitúan como una
teleología en sí misma, como figura mesiánica y emancipadora
del sujeto libre y soberano para delegar su capacidad de
decisión (Castillejo, 2018)
El mismo Castillejo considera que, para nadie es un secreto que, de cara al
poder establecido, de cara a la desolación y al abuso, la defensa de los derechos
humanos, parte de los lenguajes de la estatalidad, así como los procesos de justicia
transicional o justicia restaurativa, que son el elemento central de las formas de acción
soberanas: “Ante el hambre, un grifo de agua potable y un salario básico, que permita
una ingesta mínima calórica, parecen una revolución. Ante la destitución crónica,
una migaja es supervivencia” (Castillejo, 2018). Los valores, acciones y prácticas que
persiguen las instituciones refuerzan su arquitectura conceptual; es decir, más que
establecer una restauración de las violencias pasadas, la justicia organizada por la
estatalidad jurídica y cívica reproducen los mismos modelos que generan la violencia.
Los mecanismos que, a través de distintos dispositivos (disciplinarios, de
control, del perdón y la reconciliación) las estrategias de gobierno intervienen en la
defensa de la continuidad de una forma de vida de la sociedad. La continuidad y la
permanencia del orden social reclaman un tipo de política que tiene su refuerzo en la
administración de la vida de la población. La tersa violencia del soberano mantiene
la mediación sobre la vida y la muerte a través de promesas de justicia y restauración
de un pasado colmado de estigmas y humillaciones.
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