Page 169 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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[El linchamiento] es tan desvergonzado como el asunto, pues
                                       se trata de supresión de la justicia. El acusado es considerado
                                       no-digno de ella. Ha de sucumbir sin ninguna de las formas
                                       que son  habituales  para los  hombres.  Su diferencia en
                                       apariencia y comportamiento, el abismo que en el sentimiento
                                       de los asesinos existe entre ellos y su víctima, les facilita su
                                       tratamiento como animal. Mientras él más se les sustrae por
                                       la fuga, con tanto mayor placer se convirtieron ellos en muta.
                                       Un hombre en su plena fuerza, un buen corredor, les brinda la
                                       ocasión de una cacería que toman con placer. Por su naturaleza
                                       no puede ser muy frecuente; lo raro de esta caza puede que
                                       aumente su excitación. Las crudezas que se permiten en ella,
                                       puede se expliquen ante el hecho de que no pueden devorar la
                                       presa. Verosímilmente se piensan que son hombres porque no
                                       hincan los dientes (2015: 137)


                     El linchamiento se constituye teniendo como finalidad la consecución de una
             meta con toda rapidez. Ya sabe a quién identificar y está señalada con precisión.
             Busca lastimar y sabe a quién va a lastimar. La voluntad de linchamiento se dispone
             con una decisión sin parangón, avanza hacia su meta, es imposible privarla de ella.
             “Basta dar a conocer tal meta, basta comunicar quién debe morir, para que la masa
             se forme. La concentración para matar es de índole particular y no hay ninguna que le
             supere en intensidad” (2015: 51). Quien quiera participar se encuentra en una aporía
             moral y política. Para poder asestar el golpe se ha de acercar hasta las proximidades
             inmediatas de la víctima. Si no puede golpear, quiere ver cómo agreden los demás.
             La falta de distancia subjetiva se identifica con lo que el sujeto cree consolidar al
             resguardo de la colectividad y su singularidad. En la vorágine de la violencia el sujeto
             y la colectividad naufragan en ella, incluso hasta la muerte. La violencia extiende
             todos los brazos como si salieran de una y la misma creatura. “Pero los brazos que
             golpean tienen más valor y más peso. La meta lo es todo. La víctima es la meta, pero
             también es el punto de la máxima densidad: reúne las acciones de todos en sí misma.
             Meta y densidad coinciden” 2015:51


                     Por su parte, la crueldad requiere la interpretación. Una suerte de violencia
             originaria, creadora de la seguridad y del gobierno  de la  precariedad y de los



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