Page 28 - Panorama general de los linchamientos en Puebla_online
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F. CONCLUSIÓN
En México pocas son las autoridades que hacen algo después de que
ocurre un linchamiento. Prácticamente ninguna institución acude a las comunidades
posteriormente a que se registran estos actos de violencia, pese a que lo que
ocurre a posteriori es de gran relevancia si se trata de hacer labor preventiva. Sería
indispensable que todos los gobiernos estatales y municipales tuvieran estrategias
de atención a la población después de estos acontecimientos, en especial para
ocuparse de orientar a las niñas, niños y adolescentes, a la gente joven, que son los
más vulnerables y quienes menos herramientas tienen para enfrentar la violencia pero
a la vez están expuestos al uso y consumo de medios de comunicación y dispositivos
digitales, como teléfonos inteligentes y computadoras, en donde proliferan ideas e
imágenes que representan de modo distorsionado y acrítico tanto los linchamientos
como la violencia en general. Esto sin considerar, además, que después de un
linchamiento una comunidad queda expuesta, estigmatizada y desconfiada y se
requeriría un trabajo social y pedagógico extendido y de la mano de autoridades
y especialistas para atender y prevenir las violencias. Hay municipios y pueblos en
donde se ha registrado más de un linchamiento en relativamente poco tiempo y esto
debería preocupar y ocupar a cualquier autoridad estatal que se diga responsable.
No es posible saber cuándo y en dónde va a ocurrir un linchamiento, pero
las autoridades tienen a la mano suficiente información que necesitan procesar para
hacer una cartografía del riesgo de linchamientos y violencias colectivas en general.
México no es el único país en el mundo en el que existen los linchamientos; de hecho,
el fenómeno está tristemente extendido en muchos países del continente americano
y de otras regiones del planeta, sin embargo, nuestro país padece desde hace varias
décadas una incidencia significativa. Actualmente, aunque todavía falte producir
más, existen los datos y las investigaciones, así que las autoridades de los tres Poderes
de la Unión no tienen pretexto para no tomar en serio el problema. En particular, poco
se recalca al Poder Judicial en general como corresponsable de que ante la falta real
y cotidiana de justicia que padece la gente y ante los altísimos índices de impunidad
que se tienen en México, los linchamientos se hayan vuelto una práctica recurrente.
Hasta aquí he presentado algunos rasgos generales del fenómeno del
linchamiento en México, su comportamiento durante los años recientes, poniendo
un énfasis en la observación de las pautas que tiene en las entidades con mayor
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